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Entrada a Coves de Sant Josep en el siglo XX

Historia Coves de Sant Josep

DATOS HISTÓRICOS DE NUESTRA CUEVA MÁS EMBLEMÁTICA

El Paraje de Sant Josep

El Paraje de Sant Josep ha sido tradicionalmente un lugar de ocio, especialmente para el público local.

Ya a principios del siglo XX encontramos evidencias de obras de adecuación del espacio natural. Es entonces cuando tiene lugar la instalación de alumbrado público e incluso quioscos con venta de bebidas frías para los visitantes.

Coves de Sant Josep
Paraje de Sant Josep

Los habitantes del municipio aprovechaban para venir paseando con amigos y familiares con el fin de hacer picnic, comer o merendar en el paraje, especialmente en fechas señaladas como Pascua o durante las Fiestas de la Sagrada Familia en octubre. En estas excursiones era bastante frecuente entrar en la cueva, bien por mera curiosidad o como señal de valentía, produciéndose a veces percances y sustos por los tropiezos ante la falta de iluminación.

Ante esta situación, se decide colocar una reja en la entrada a fin de evitar el acceso y posibles accidentes. Es también a principios del siglo XX cuando se le encarga al albañil local Paco l’obrer (Francisco Daròs) construir la escalera que comunica la entrada de la cueva con la Ermita de la Sagrada Familia.

La exploración de la cueva

El manantial de la Font de Sant Josep se lleva aprovechando desde tiempos inmemoriales. No en vano hay restos de ocupación humana desde el Paleolítico Superior, hace unos 17.000 años, cuando los grupos humanos que vivían en las cavidades del paraje, un entorno que sería muy distinto al actual, aprovechaban el agua dulce del río subterráneo de Coves de Sant Josep.

Aunque diferentes culturas han pasado por esta cavidad, desde los cazadores-recolectores del Paleolítico hasta íberos y romanos, la entrada de la cueva ha llegado incluso a utilizarse como resguardo durante la Guerra Civil. Sin embargo, el agua del río y los diferentes sifones subterráneos creados por la erosión del agua han permitido ocultar el interior de la gruta durante miles de años.

Vista aérea yacimiento arqueológico
Poblado ibérico de Sant Josep, yacimiento ubicado sobre Coves de Sant Josep

Primera incursión en la cavidad

Cabe destacar que la primera exploración técnica documentada que consigue franquear la Boca del Forn, el primer sifón subterráneo a unos 100 metros del embarcadero, se realiza a finales de 1897 por parte del ingeniero valenciano José Gimeno Lassala. La incursión se lleva a cabo a petición del consistorio que solicita un estudio para mejorar el aprovechamiento del caudal del río subterráneo para su consumo y riego de los campos, así como también para realizar un análisis de la calidad de las aguas del manantial. Para ello, con la ayuda de un barquero del marjal de Almenara, se pretende encontrar un punto más profundo donde realizar la toma de agua. Es entonces cuando, según el informe del archivo municipal, el ingeniero supera el primer sifón y llega “donde ningún humano llegó antes”. Hasta aquel entonces, no había evidencia de que nadie hubiese conseguido pasar con éxito ese sifón: la Boca del Forn.

Coves de Sant Josep
Boca del Forn

Desde ese momento, muchos intentan adentrarse con barcas en la cavidad atraídos por la curiosidad que despertaba la cueva entre la población. Incluso se dice que algunos con ayuda de improvisadas pasarelas de tablones trataban de penetrar unas decenas de metros para observar con admiración la cavidad y los miles de murciélagos que en ella habitaban, aunque sin sobrepasar ese primer obstáculo natural: el sifón de la Boca del Forn.

A mediados del siglo XX tiene lugar la primera instalación de luz eléctrica en el interior de la cavidad, pues hasta aquel entonces quien se adentraba en la gruta lo hacía con antorchas. La nueva iluminación pensada inicialmente para la investigación de la cueva animó la llegada de turistas hasta la Sala de los Murciélagos, donde contemplaban con asombro la colonia formada por miles de estos ejemplares.

En esta época, tiene lugar la perforación del paso angosto de la Boca del Forn, un sifón hasta entonces infranqueable en barca, para deslizar una pequeña canoa y conocer así otras galerías formadas por el río subterráneo.

Los primeros visitantes de Coves de Sant Josep

Las visitas a la cueva no se contemplaban todavía como una actividad turística rentable y, aunque en principio el ayuntamiento prevé abrir la cavidad al público mediante el pago de una entrada, no hay constancia de que se llegue a aplicar dicho cobro en ningún momento.

Ante la presencia de alguna personalidad sí que se abría la verja de entrada para que el invitado contemplara el manantial desde el interior. En aquel entonces, se había habilitado una rudimentaria plataforma de madera que conducía hasta la Sala de los Murciélagos donde, a la luz de unas pocas bombillas, el visitante podía observar a la colonia de estos mamíferos voladores agarrados a la bóveda de la galería. Al finalizar el recorrido a pie por la pasarela, la verja se volvía a cerrar y así, clausurada, permanecía la gruta durante mucho tiempo.

Grutas de San José
Entrada a Coves de Sant Josep en el siglo XX

Una visita pasada por agua

Precisamente el 20 de marzo de 1929, con motivo de la llegada del General Sanjurjo, Director General de la Guardia Civil durante la dictadura de Primo de Rivera, llegó a La Vall d’Uixó una larga comitiva de políticos y cargos provinciales del momento. Tras diversos actos, éstos fueron invitados a un banquete en el entorno del paraje. Aprovechando entonces la cercanía a la cueva, algunos de estos altos cargos se animaron a penetrar en su interior, entre ellos José Castelló Madrid, el Gobernador Civil de Castellón, que, desafortunadamente, terminó cayendo al agua. A causa de las pocas simpatías que este individuo despertaba en la sociedad, especialmente entre sus adversarios políticos, fue durante mucho tiempo objeto de burlas por ese chapuzón en el río subterráneo. Es más, unos años más tarde, ya destinado en Teruel, todavía seguían recordándole aquel episodio en la gruta, sugiriéndole incluso que, en caso de que le invitasen a otro banquete, se alejase de acequias y balsas por si volvía a caer de cabeza al agua.

Un turismo incipiente

Paratge de Sant Josep
Paraje de Sant Josep a principios del siglo XX
Paraje de Sant Josep
Antiguo aparcamiento sobre el cauce del río Belcaire

No será hasta bien avanzados los años 50, con el creciente acceso a los medios de automoción por parte de las familias, cuando se comience a visitar el paraje de una manera más turística, en principio en una esfera comarcal y regional. Sin embargo, en el municipio nadie aún reparaba en las verdaderas posibilidades de la gruta.

Durante las fuertes lluvias torrenciales de octubre de 1956 el río subterráneo creció de una manera excepcional, destruyendo por completo la pasarela de madera que llegaba hasta la Sala de los Murciélagos, así como también la instalación eléctrica. Se anunció entonces una inédita exploración que se llevaría a cabo el verano siguiente para averiguar el origen del manantial.

 

En 1958 el primer mapa topográfico de la cueva quedó elaborado por el Centro Excursionista de Valencia. En esta época, ya se empezó a buscar hacer la visita más extensa, más allá de la primera galería (la Sala de los Murciélagos). Aunque no se preveía todavía hacer el recorrido navegable mediante barcas dada la morfología de la cavidad. Sin embargo, sí se perfiló algún proyecto para construir piscinas, juegos infantiles, servicios de restauración, etc., para hacer el Paraje de Sant Josep más atractivo para los turistas.

 

Con el fin de agrandar el espacio para realizar el recorrido en barca, se dinamitaron los pasos estrechos y se drenó el río subterráneo para retirar los escombros y rocas. A partir de este momento, la visita de turistas creció exponencialmente pasando de más de tres mil visitantes en 1960 a veinte mil en el año siguiente. Este número se duplicó en 1962 y las agencias de viajes valencianas comenzaron a incluir la visita al paraje entre sus excursiones turísticas regulares. Visto el éxito, se encargó la nueva instalación de la iluminación al prestigioso ingeniero catalán Carlos Buigas, “el Mago de la Luz”, que resaltó con el alumbrado las formaciones calcáreas y los fondos subacuáticos.

En los años sucesivos se sigue explorando la cueva, terminando así de habilitar la parte visitable, que en 1969 llega al recorrido actual al abrir ese mismo verano la Galería Seca. Tras diversas expediciones entre 1971 y 1975 por parte del Grupo de Espeleología O.J.E. de Castellón y escafandristas del Club Muntanyenc de Barcelona se descubren nuevas galerías y sifones, logrando topografiar hasta 2.348 metros de la cavidad.

Galería Seca en Coves de Sant Josep

Nuevo hallazgo en Coves de Sant Josep

La Sala d'en Guillem
Sala d'en Guillem, la nueva galería descubierta en 2023

Cabe destacar la última galería fue descubierta el pasado mes de enero de 2023, cuando el Grupo de Expediciones Subterráneas Alto Palancia y el Grupo de Espeleobuceo EOM, acompañados por Espeleoclub la Vall d’Uixó, dieron con una nueva sala en Coves de Sant Josep, la llamada Sala d’en Guillem en honor a su descubridor. 

Plano cuevas
Plano topográfico de Coves de Sant Josep

En el siguiente enlace está detallado este nuevo hallazgo de Coves de Sant Josep:

Nueva galería encontrada en Coves de Sant Josep

Una emocionante revelación Coves de Sant Josep Tras más de 120 años de apasionantes incursiones en las entrañas de la cavidad, ¡las enigmáticas Coves de Sant Josep nos vuelven a sorprender!! No sólo nos desconcierta

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