UN POCO DE HISTORIA
En la Vall d’Uixó se encuentran vestigios de presencia humana desde el Paleolítico, especialmente junto a Coves de Sant Josep, cuando grupos de cazadores-recolectores hicieron de las cuevas del paraje su hogar. Aunque íberos y romanos se establecieron en el municipio, tenemos que esperar hasta época andalusí para que se empezara a formar el casco urbano que ahora conocemos.
A la sombra del Castillo andalusí de Uixó, que da nombre a la ciudad, un rosario de alquerías musulmanas se distribuía a lo largo de la acequia que acercaba el agua de Coves de Sant Josep, una acequia seguramente trazada por los romanos. A partir del siglo XVII estas alquerías se unifican en dos núcleos urbanos (El Lloc de Dalt y El Lloc de Baix) alrededor de las dos parroquias históricas (la Iglesia del Ángel y la de la Asunción respectivamente), lo que marcará la idiosincrasia del pueblo. Con el final de las Guerras Carlistas, ya en el XIX, la Vall d’Uixó sufre un proceso industrialización en torno al calzado, que culmina con la instalación de la Fábrica Segarra, centro productor de calzado más importante de España a lo largo del siglo XX.